
Poca cantidad de líquido de frenos.
Pastillas desgastadas.
Mal estado de superficies de balatas.
Tambores o discos deteriorados.
Agarrotamiento de pistones.
Mal funcionamiento del servofreno ( pedal duro).
Mal estado de la bomba de frenos
.

Neumáticos con baja presión.
Mal asentamiento de pastillas.
Ajuste desigual de los frenos.
Elementos de frenos engrasados.
Fugas de líquido de freno a los elementos de frenado.
Cáliper o cilindro de freno agarrotado.
Vehículo mal alineado.
Amortiguadores en mal estado.

Cáliper, cilindros o bomba agarrotados.
Retenes de líquido dilatados.
Bomba o servofreno de tope (sin tolerancia).
Tuberías flexibles tapadas.

Falta de líquido de frenos en circuito.
Presencia de aire en el circuito hidráulico.
Líquido inadecuado.
Pistón de cáliper sucio, engomado.

Discos y/o tambores deformados, rotos u oxidados.
Rodamientos sueltos.
Elementos de suspensión en mal estado.
Pastillas o balatas engrasados.

Suciedad u óxido en anclajes de elementos de frenado.
Pastillas completamente desgastadas.
Pastillas inadecuadas.
(Notas tecnicas)
