Sin palabras, muy bueno, Luis, me alegra mucho oir esto, que se repita.
Sergio y Pablo, sin palabras, esa actitud de ayudar al otro cuando lo necesita es impagable, realmente ojalá se imiten este tipo de actitudes y de verdad, no sólo de la boca para afuera.
A mí también me gustaría saber cuantas otras cajas se podrían armar con los engranajes que sobraron ..
Un abrazo ¡¡