Les voy a contar como me pasó a mi, como lo siento yo y como realmente fue, con lujo de detalles, porque es mi historia
Yo compré un Duna 93 SL con ayuda de mi cuñado que me prestó plata. Lo tuve 3 meses... lo mezquiné a veces, en otras no. Lo usé 3 meses con todos los papeles... menos con la licencia, cuando la conseguí un viernes... ese fin de semana no pude salir a ningún lado, era fin de mes y no tenía para ponerle nafta, entonces ni lo usé. Negué llevar a mi mamá a la casa de mi tía... y el lunes voy al trabajo, salgo, voy a la facultad y lo estaciono en la esquina, me quedo sentado haciendo tiempo, estudiando. Mientras me como una banana... tenía una manzana también. Bajé y dejé la manzana en la guantera mientras pensaba "
la dejo acá, para el que me robe el auto, al menos tiene una manzana", fui a comprar cospeles, para poner el estacionamiento medido. Acá en Rosario tienen un límite de tiempo por el que podés poner de unas 3 horas, y el control es hasta las 21.30 . Yo había marcado a las 17.30 hr porque tenía que entrar en la facu, dejé la boleta detrás del parabrisas y cerré la puerta, le puse llave y la alarma detrás. Fui a la facultad, después de ahí, salí a las 20.20 para volver a poner el boleto, comprar otro boleto, para que no me multen. Llegué a dónde el auto y cambié el boleto, cerré con llave... y no puse alarma (la alarma se activaba sola a veces, y temía quedarme sin batería). Volví a subir a la facultad, hasta el descanso (21.40, nos dejaron salir antes) y fuimos a un bar, de camino vi mi auto... y un detalle que les voy a contar, que no se hasta que punto es importante es que adelante tenía una Fiorino pegada, y el auto estaba encerrado. no le dí mucha importancia... fuimos a un bar 50 metros más adelante, (el auto estaba entre el bar y la facultad por la misma calle). Boludeamos con mis amigos un rato, y salimos... íbamos llegando a la esquina, no estaba la fiorino... y tampoco había ningún auto blanco (como el mío)... les digo:
- "Esperen..." se dieron vuelta, y yo ya veía todo rojo
- "... mi auto!"
- "Qué?"
- "No está!" (ni ellos ni tampoco yo me podía creer)
- "Estás seguro!? no lo dejaste allá en la otra cuadra"
- "No, no no, yo lo dejé acá,"
- "No te lo habrán empujado?"
- "No, no está"... no se para dónde ir; termino yendo al bar a pedir el teléfono para llamar al seguro, llamé y me dijeron que vaya al otro día. Mientras un amigo me hizo la gamba y me llevó al corralón municipal, y después fui a hacer la denuncia. 6 amigos conmigo, perdiéndose la clase de Algebra, una amiga llorando y yo... incrédulo. Llegué a mi casa, mi mamá llorando porque se había enterado, y mi cara todavía incrédulo, mi papá diciendo "siempre van a vivir así, nunca van a estar en paz esas personas" y... por fin... en la cama, cuando estaba sólo, se me cayó una lágrima.
Al otro día cuando te levantás es lo peor y la parte más amarga; porque te das cuenta que no fue una pesadilla y te duele cada movimiento que haces y les contás a los del trabajo, y tenes que hacerte el duro, porque a fin de cuentas...
lo material va y viene como dicen, pero es doloroso. Mi historia no termina ahí
tenía que tramitar el seguro y todo... me hicieron un bolonquí... pero al fin iba a cobrar la plata, estaba tranquilo, porque no es que iba a quedarme sin nada, habían pasado 15 días (el día 16 podía cobrar el cheque) y no había aparecido el auto... hasta que llegué a mi casa del trabajo... un hombre y una mujer, dos policías:
-"Hector?"
-"Si."
-"Vos tenías un Duna?"
-"Si"
-"Lo secuestramos" (no se si me puse contento o me disgusté)
continúo "lamento y odio decir esto, pero está desmantelado."
-... (silencio)
- "Si... y cómo hago para verlo?"
Al otro día fui un amigo mecánico y lo miramos, para hacer los papeles de faltantes y esas cosas (por suerte tenía el casco entero, el block del motor con cigüeñal y los pistones armados, y la caja de cambio y dirección)... los policías dijeron algo de:
- "No lo podemos esconder?"
- "No, ya está peritado"
("P--- madre!!" es mi pensamiento).
Después de un lindo quilombo no me dieron nada del seguro, retire el auto, desarmado, voy metiéndole como 10mil pesos sólo en repuestos. Hace 2 años que no se usa para pasear. Está en mi garage, sólo me faltan nimiedades, pero me da terror... no sé que hacer con el auto... eso se siente, impotencia. El auto arranca, tiene power, lo eléctrico está correcto, no full, pero correcto. Hay que hacerle la RTV, y eso...
Pareció una historia de terror, o de drama, pero si lo leyeron y sintieron el escalofrío que siento yo cada vez que lo recuerdo me quedo conforme. Es muy triste por 3 cosas:
1- Que no hacía buenos favores, no llevé a mi mamá de mi tía, no fui con mis sobrinos a pasear, y eso me dejó un sin sabor.
2- Lo que pensé antes de bajar del auto por ante-última vez "dejo la manzana en la guantera para quién me robe el auto".
3- Que me sentí frustrado, y todas las vueltas que tenía que dar para el seguro, me echaron atrás, yo mismo me eché atrás. Quizás si me hubiera empeñado, hubiera conseguido que me indemnicen una parte al menos.
Pero de las experiencias se aprende: Ya estoy acostumbrado a andar sin él, por eso, pude seguir adelante, porque me dí cuenta que el auto no es un requisito para ser feliz y vivir bien. Esta forma de pensar me hizo poder terminar ese año en la facu, y seguir el próximo, rendir en mi trabajo. Aprendí muchas cosas de mecánica, y electricidad automotriz. Conocí a mis verdaderos amigos, que aunque algunos no los veo hace mucho, se que estuvieron ahí. Aprendí que es mejor, MIL VECES MEJOR! que te roben el auto cuando no estás en él. Yo agradezco a Dios porque a nadie de mi familia ni a ningún amigo ni ser humano le pasó nada malo en su integridad física, y estoy contento por eso. Uno aprende, se hace más fuerte. El delincuente huye, no enfrenta sus miedos, no crece, no se regocija, y tampoco sabe que se siente sustentar una vida honrada y digna de ser vivida, y por eso nunca van a sentir paz, si no se arrepienten y empiezan a bajar... todo lo que sube baja. La vida es así
"pagas ahora y jugás después, o jugás ahora y pagás después, pero de todas formas vas a pagar".
Bueno, espero que les sirva de algo mi relato, y soy joven y quizás muchos lo vean como un cliché a lo que voy a decir, pero no dejen de disfrutar sus autos por miedo a que se los roben, no tengan miedo de perderlos, por ese miedo nos podemos perder un día de familia muy importante, nos podemos perder de conocer a gente especial, de tener otro tipo de experiencias. Pero todo cuenta como experiencia, cada uno tiene la suya. Esta es la mía o, por lo menos, parte de la mía. Saludos y éxitos!
PD: son los primeros que se enteran que lloré cuando me robaron el auto jajajaja