La culpa la tienen los barigüíes, una especie de mosquita cuyas picaduras provocan pruritos y hasta infecciones en la piel.
Las Autoridades Sanitaria reconocieron la problemática para combatir a la molesta presencia de barigüíes y que se trata de un inconveniente difícil de solucionar, aunque se insistió en que no se han dejado de realizar tareas de fumigación.
Se explicó que es muy dificil de conseguir el bacilo que mata a la mosquita que se reproduce a orillas de los espejos de agua.
Se informó que las fumigaciones que se realizan y los larvicidas que se esparcen a las márgenes del río parece que no serán garantía de frenar su proliferación: los huevos del barigüí pueden vivir años en estado latente.
Algunos medios, destacaron días atrás que "en los primeros años de este siglo, la llegada y rápida propagación del barigüí a zona inundables de la provincia y en la rivera del Salado parecía no tener solución. Con la adversidad de las inundaciones, esta molesta mosquita no dejaba practicar actividades al aire libre, ni en la ciudad ni en las quintas, y nada ni nadie podía detenerlas".
Se agrega que "la extensión de las aguas y la humedad habían provocado un aumento notable en su reproducción y expansión, y encontraba a los ciudadanos envueltos en verdaderas nubes de insectos, literalmente a los manotazos, luchando en vano por zafar de las 'mordeduras'.
Los barigüí, a pesar de nacer y reproducirse a orillas del agua, llegan a la ciudad ayudados por el viento, y tienen un ciclo de vida que oscila entre los veinte y cuarenta días. El ciclo biológico es el siguiente: la mosquita pone el huevo en el río, se
forma la larva con los nueve estadíos hasta la adultez, el macho vive a la costa del río y fecunda a la hembra, que necesita sangre humana o animal para terminar con su generación.
No tiene un poder de vuelo muy importante, de más de 300 ó 400 metros, y debe volver a orillas del río a poner sus huevos. Fundamentalmente en los espacios verdes, como quintas o plazas, es donde más se nota la presencia del barigüí.
Por aquellos años resultaba casi imposible disfrutar del patio, caminar, regar el jardín, sentarse al sol, practicar deportes, cortar el césped y hasta trabajar al aire libre, porque las consecuencias son inmediatas y las secuelas de las picaduras del insecto duran varios días, mientras que en las personas alérgicas provocan daños más severos. Hoy, la situación se repite.
Las visitas de un biólogo platense a la región para analizar un plan de lucha contra el insecto y los sucesivos planes para erradicar las larvas de las lagunas y los cursos de agua, fueron en principio insuficientes.
Igual sucedía con los operativos de fumigación desde aviones y por vía terrestre en los sectores de proliferación más intensa, además de aquellos barrios donde los vecinos lo solicitaban.
La última modalidad que se había previsto para combatir las larvas fue a través del bacilo thurigensis, variedad israeliensis, que es un microorganismo que se arroja al agua, de acuerdo con el caudal y la velocidad, aproximadamente cada mil
metros.
Al parecer, alguna de las medidas que se adoptaron fueron eficaces, porque el barigüí desapareció por una década. Sin embargo, ahora, en forma simultánea con un crecimiento importante en el caudal de las lagunas y el Salado, hizo su
reaparición.
Ojo me picaron hace hoy una semana y todavia pica



Saludos!