por Duna93 » Vie Jun 06, 2008 1:48 pm
Llega Cristina Fernandez de Kirchner a cambiar un cheque a una sucursal del banco.
K: 'Buenos Días Señorita, ¿podría hacerme el favor de cambiarme este cheque?'
C: 'Con mucho gusto Señora, ¿me permite su identificación?'
K: 'Señorita, no traigo identificación pero soy Cristina Fernandez de Kirchner, Presidenta de la Argentina.'
C: 'Si Señora, pero me debe mostrar una identificación, por ejemplo, su DNI'.
K: 'Señorita, no traigo identificación pero pregúntele a quien quiera, ¡soy Cristina Fernandez de Kirchner...!!'
C: 'Lo siento, Señora, pero son reglas del banco. Me debe usted enseñar su identificación.'
K: 'Pues no traigo Señorita y me urge cambiar este cheque.'
C: 'Mire Señora, lo que podemos hacer es lo siguiente: el otro día vino Sergio Goycoechea, tenía el mismo problema, no traía identificación y para probar que era él, sacaron una pelota de fútbol, le tiraron unos penales y los paró, y así comprobó que él era en verdad Sergio Goycoechea.
También vino Locomotora Castro y no traía su documento, entonces se echó unos rounds con los cajeros y volteó a dos y así comprobó que él era en realidad Locomotora Castro...
Entonces Usted puede hacer lo mismo... Se le ocurre algo para probar que es usted la Presidenta de la Argentina'?
Se queda pensando durante un buen rato y dice...
K: 'Mmmmh, no Señorita, la verdad es que no tengo la más puta idea de nada.
C:'¿Billetes grandes o chicos Señora Presidenta?'
La loca
Una loca se divierte corriendo en su silla de ruedas a lo largo y ancho del pasillo de un manicomio, imitando ruidos de coches de carrera.
De repente sale un loco de una habitación, la detiene y le dice:
-¿Disculpe señora, pero excedía usted el límite de velocidad permitido en esta calle. -¿Puedo ver su registro de conductor?
La loca se pone a buscar en su bata y saca un boleto de colectivo usado.
El loco verifica el documento, encuentra que esta todo en regla, se lo devuelve y, después de advertirle sobre los peligros del exceso de velocidad, la deja seguir.
La loca sigue con su particular 500 millas de Indianápolis y, al pasar otra vez ante la habitación del loco, éste surge de nuevo.
Vuelve a detenerla y dice:
-Disculpe señorita, pero he visto como pasaba la doble línea continua. ¿le importaría mostrarme la documentación del vehículo?
La loca revuelve otra vez en sus bolsillos y exhibe una apolillada cuenta del supermercado.
El loco comprueba que los papeles están en regla, vuelve a amonestarla y deja que se vaya otra vez.
La loca se lanza de nuevo a toda velocidad por los pasillos...
Y, al volver a pasar por el mismo sitio, el loco se asoma por tercera vez de su habitación, pero ahora totalmente desnudo y con una tremenda y enorme erección:
La loca lo ve y exclama:
- ¡Ah, no! Otra vez el test de alcoholemia, nooooo...!!!
a mi duna no lo manejo.... lo piloteo bajito
